Nos pusimos nuestras gorras, lentes de sol, bloqueador, repelente, nos amarramos los tenis, agarramos nuestras cámaras y nos fuimos rumbo a la presa del Oviáchic a visitar uno de los destinos que ofrece Corredores de Turismo Alternativo, ¡Buenavista!. Un pueblo encantador al cual se le hace justicia su nombre por su impresionante vista que de seguro te robará el aliento. El transcurso al destino fue muy agradable con nuestros compañeros, íbamos platicando, escuchando música, contando historias, hasta que al salir de la ciudad, nuestro alrededor cambió de edificios a paisajes verdes. Inmediatamente se sintió un ambiente más relajante y fresco.
Corredores encontró este destino el 08 de Diciembre del 2003 por medio de la encargada del paseo, Martina Gutierrez Zayas, nacida y residente del pueblo, la cual nos guio e informó sobre la localidad. Esto fue con la finalidad de incrementar la economía y calidad de vida de la comunidad con las visitas frecuentes que se realizan, y por supuesto, para darle una experiencia inolvidable a nuestros queridos turistas.
Al llegar a Buenavista, Martina nos platicó un poco sobre la historia del pueblo. En aquellos tiempos, aproximadamente en el año 1903, los indios se querían apoderar del antiguo Buenavista, por lo cual querían sacar a sus habitantes. Los residentes se iban a la iglesia a orar y tocaban una campana para llamar a más personas de la comunidad y así practicarían la fe en multitud. Los residentes del pueblo le oraban a un soldado quien se convirtió en santo, llamado Carlos Borromeo, para que los indios no se apoderaren de sus tierras. Se decía que Borromeo se apareció montando un caballo blanco, vestido de rojo, e hizo que huyeran los indios, gritando que era ¡“El Diablo”!. Por el temor que causo en ellos, ninguno mató dentro del pueblo, se esperaban a que saliera la gente para hacerlo. Tienen la creencia que fue Dios quien los protegió por medio de este Santo. La hermosa iglesia que se encuentra en el pueblo fue construida y nombrada como el soldado en su honor. Dentro de ella está una réplica de él vestido de rojo, que trajeron los sacerdotes de Milán, Italia, en 1632, lugar donde nació y veneran. Cada 04 de Noviembre se celebran las fiestas tradicionales del pueblo en su honor. ¿Interesante no?.
En 1952, hace 65 años, el antiguo pueblo de Buenavista se vio obligado a reubicarse a 60 metros de altura sobre el nivel del mar, para evitar ser inundado por las aguas de la presa del Oviáchic, la cual se construyó para beneficiar la productividad del Valle del Yaqui. El gobierno lo apoyó en la construcción de las casas que se encuentran en él hoy en día, y cuenta con 415 habitantes. La comunidad local vive de la pesca y la ganadería, ya que son ricos en estos sectores por su situación geográfica.
Después de conocer dichos acontecimientos, hicimos una parada en una pila representativa de ahí. Antes, todo el sistema de agua funcionaba por dicha pila (instalada por el gobierno), pero aproximadamente en 1970 se sustituyó por el tinaco de OOMAPAS. Sin embargo, no quisieron deshacerse de la pila, ya que menciona que tiene mucho valor cultural para ellos. Posteriormente visitamos la iglesia donde pudimos comprobar que se encontraba la réplica de San Carlos Borromeo vestido de rojo.
Subimos de nuevo al camión y nos fuimos a un espacio escondido lleno de naturaleza a un lado del Río Yaqui. Aquí nos recibió Jesús, esposo y mano derecha de Martina, quien nos navegó por el rio en lancha. Mientras unos se fueron al recorrido primero, otros nos fuimos a explorar un poco el lugar. Nos tomamos fotos, platicamos, nos relajamos al estar en un lugar diferente al habitual. Por 30 pesos más podías vivir la experiencia de paseo a caballo. Ya por decisión propia, puedes nadar en el río bajo tu responsabilidad, no surgirá ningún problema.
Finalmente, la actividad más esperada, el recorrido en lancha por una parte del Río Yaqui. Nos pusimos nuestros chalecos salvavidas y despegamos. En verdad que te quita el aliento lo hermoso que es el Río. Estarás rodeado por nada más que naturaleza, solamente escucharás los murmullos de tus acompañantes, el sonido del motor y del camino de agua que forma, y los animales. Sentirás levemente el salpicón del agua si te acercas a la orilla, el ligero aire acariciándote, créeme que nada más relajante que esta actividad alternativa. No se compara estar ahí presente y cuando lo hagas, ¡asegúrate de mandarme tú experiencia!.
Al bajarnos de la lancha, Martina ya tenía toda la comida preparada a la orilla del río. Disfrutamos de unos riquísimos callitos de lobina, pero también pueden ser de tilapia según tu preferencia, y pescado dorado marinado con salsa huichol, sal, pimienta y pinole para disgustar. En verdad que estuvo todo muy sabroso. Nos regresamos a la ciudad con nuestras pansitas llenas, nuestra mente relajada, y nuestro corazón latiendo fuerte por haber gozado de otra experiencia que te ofrece LAET.
Todo esto a tan solo $200.00, (incluye recorrido por el pueblo, paseo en lancha, comida típica de la región, guía local y equipo de seguridad). Debes de saber que al realizar este tipo de paseo estarás contribuyendo con la mejora de la calidad de vida de la comunidad.
Recomendaciones para el tour: llevar dinero en efectivo, gorra o sombrero, lentes de sol, agua embotellada y ropa cómoda (jeans y tenis). Ponerte bloqueador y repelente.
Claro que no me olvido de ti mi querido lector, si no eres de la carrera, y gustas visitar o para más información relacionada con este paseo, con todo gusto te presento su número para que los contactes.
(644) 1106649